La canción precipita la disolución de unos cuantos elementos en su cabeza. Una discoteca bastante corriente, un local de moda: luces tremendistas, technopop europeo muy alto, faldas desafiantes, mucha colonia (venden colonia en los baños para los infortunados, para los desmemoriados y dios sabe qué otras piezas de museo), garrafón, personas vestidas para salir, como se suele decir. Una chica baila como si estuviera en un videoclip, hace tan visible como puede ese gozo supremo que experimenta. Mira a todos lados con un gesto que tiene bastante de éxtasis sexual, una sonrisa sinuosa que no deja de tener algo aburrido, aunque eso que tiene de aburrido queda entre bambalinas, digamos.
Diatriba a la timidez
Siempre he temido lo inesperado, no sé por qué. Puede ser bueno o malo, pero no suelo arriesgarme a averiguarlo.
El miedo a lo desconocido es algo común, una constante en la historia de los seres humanos. Pero lo desconocido llega inevitablemente y hay, al menos, tres grados: lo previsto, lo inesperado y lo imposible. Todos nos esmeramos en que el futuro se vaya ajustando a los esquemas de lo previsto; podemos organizar nuestra vida milimétricamente, planificar, proyectar, hacer listas o incluso negarnos a actuar, embarcarnos en la tan atractiva apatía...
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Mock Turtle
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viernes, febrero 21, 2014
“¿Quién limpiará esta sangre de nosotros?”
El santo del día de la matanza de las rosas |
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