Trepad, trepad, malditos

Fernando Miranda "Próspero" en
Hamlet se escribe con H
Me complace inaugurar la sección de teatro con la publicación de la entrevista que hice al actor y director escénico Fernando Miranda “Próspero” el día 21/2/2013 con motivo de su reciente espectáculo Imposible Lorca. Hijo de prestigiosos actores –Alonso Miranda e Irene Hernández Blake–, debutó junto a su padre en Peter Pan y desde entonces no ha abandonado los escenarios. Le hemos podido ver en obras con gran éxito en taquilla y crítica como Hamlet se escribe con H, Un enemigo del pueblo, ambas producidas por el CDN o en La dama del Alba, Esperando a Godot, y Rey Lear en el Teatro Albéniz. Con la CNTC ha representado La hija del aireEl castigo sin venganza y El delincuente honrado entre otras. Barrio de Lavapiés. Bar Ecónomico. 11:00 p.m. Él toma un café solo. Yo tomo vermut.

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Pregunta: Para empezar, quiero agradecerte que hayas accedido a entrevistarte conmigo. Cuéntame, por favor, ¿por qué decidiste representar un Lorca?
Respuesta: Lorca es ya un autor clásico de repertorio, pero lo que se conoce de su producción son fundamentalmente los dramas rurales. El denominado teatro imposible de Lorca era quizá imposible para su época, pero hoy en día los creadores y espectadores contemporáneos ya son capaces de digerir este teatro tan frecuentemente apartado. El adjetivo “imposible” es siempre un reto para cualquier creador.

P: ¿Cómo ha sido la labor creativa? Tengo entendido que te has encargado tú sólo de la dramaturgia, de la dirección y de la interpretación de uno de sus personajes.
R: Así es. He recogido varios textos del teatro más vanguardista de Lorca –Comedia sin título, El público, Así que pasen cinco años, El paseo de Buster Keaton, etc.- y he incorporado algunos poemas de Poeta en Nueva York, del Diván del Tamarit y de los Sonetos del Amor Oscuro. El resultado, en un principio, era un mejunje que no tenía ni pies ni cabeza, pero después de un mes de trabajo en conjunto con la compañía, hemos logrado que la función adquiera cierta unidad incluso narrativa. Dirigir la obra ha sido mucho más fácil; la compañía Teatröls está formada por jóvenes actores llenos de entusiasmo e ilusión pero que trabajan con mucha profesionalidad. Por último, interpretar y dirigir al mismo tiempo, a no ser que seas Kenneth Branagh, es algo poco recomendable. Por eso decidí tener un personaje cuya relevancia me permitiera ver el proceso desde fuera.

P: ¿Hasta cuándo podremos ver la función?
R: La obra ya no está en cartel.

P: ¿Y no vais a intentar que os vuelvan a programar?
R: No.

P: Por lo tanto, ya es imposible verla.
R: Exacto. (Risas) Hemos estado dos semanas en el espacio Nicotina y nuestro éxito de público ha sido bastante relativo. Como no nos la compre un gran empresario teatral, esta obra desgraciadamente ya no tiene ninguna salida.

P: Una pena. Yo no la he podido ver, pero me ha dicho un amigo que ha sido lo más interesante que ha visto esta temporada. Os deseo toda la mierda del mundo.
R: Gracias, supongo.

P: Dime Próspero, ¿cómo ha sido la experiencia de pasar de los grandes teatros a una función, como tú dices, con un éxito relativo en una pequeña sala?
R: Ha sido una experiencia muy enriquecedora. Yo estoy muy mal acostumbrado porque pertenezco al “clan” de los Miranda y desde que decidí empezar no me he bajado del Teatro Español, del María Guerrero, de la Abadía, de nuestro fallecido Teatro Albéniz, etc. Gracias a Imposible Lorca he comprendido lo difícil que es comenzar en el mundo escénico. Cuando actúas en un teatro grande y miras al público, apenas una cara o dos son conocidas. Por el contrario, a las pequeñas salas sólo acuden amigos, familiares y otras personas que vienen por compromiso.

P: ¿Qué recomendación harías a los jóvenes creadores que quieren hacerse un hueco en el panorama escénico?
R: Que trepen. El mundo teatral tiene un circuito muy, muy cerrado. Incluso más, diría yo, que el sector audiovisual. Apenas hay audiciones teatrales, y si las hay, la única forma de acceder a ellas es a través de los contactos. Por eso les recomiendo que vayan dos o tres veces al teatro por semana y que esperen al elenco en la salida para llenarles de comentarios halagadores, inclusive si no les ha gustado la obra. Para mí, que estoy en la cumbre del sector, es un auténtico coñazo que venga la panda de “groupies” tras el agotamiento que supone una función, pero por otra parte comprendo su desesperación por darse a conocer. Si quieres vivir del teatro, es tu único remedio.

P: Vaya panorama estás dibujando.
R: Así es como funciona. No hay que tener pelos en la lengua al hablar de estas cosas.

P: Desde luego que no los tienes.  Una última pregunta: ¿por qué te haces llamar Próspero?
R: Mi padre, que en paz descanse, me leía desde que era chiquitín pasajes de La Tempestad de Shakespeare. Dos de los personajes principales se llaman como mi nombre y mi apellido, Fernando y Miranda. Pero a mí el personaje que realmente me gustaba era Próspero. Por eso mi padre empezó a llamarme Próspero, y por contigüidad contagió al resto de mi familia. A la hora de elegir un nombre artístico, lo tenía fácil: mi nombre, mi primer apellido y mi apodo desde niño. Es una forma de incluir el trío pneumático de la obra.

P: Tierna historia, desde luego. Muchas gracias por la entrevista. Te deseo lo mejor con Imposible Lorca y con tus futuros proyectos.
R: A ti. Mucha suerte con vuestro proyecto. 

1 comentario:

  1. El "¡Que le corten la cabeza!" es mío. Va con indirecta: corta la cabeza de la entrevista.

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